La Biblia dice en Daniel 2:21

“Él muda los tiempos y las edades.”

El mundo ha experimentado cambios profundos en determinados momentos, causados por diversos sucesos o inventos humanos. Los hombres del tiempo de Noé pasaron de hacer producir la tierra con sus manos a utilizar animales de carga y el arado para la agricultura. Hoy parece un invento en desuso, pero en aquellos días modificó sustancialmente la vida.

La aparición del uso del fuego, la máquina de vapor, la computadora y el internet y muchos otros avances científicos han modificado para siempre la existencia humana sobre la tierra marcando hitos o periodos de manera total, haciendo una diferencia remarcada del antes y después.

Ni que decir en el ámbito histórico donde acontecimientos como la caída del imperio romano, la reforma protestante, la Ilustración, la revolución rusa, que dio paso al socialismo y la caída del muro de Berlín, solo por citar algunos hechos, han cambiado para siempre el rostro del mundo.

Me gusta como traduce la versión Dios Habla Hoy este texto porque lo presenta de la siguiente manera: “Él cambia los tiempos y las épocas”. Dios se abroga estos procesos en los que el cambio y transformación marcan para siempre al mundo y quienes viven en esos días quedan perplejos ante lo que contemplan sus ojos.

Pues bien, esta generación ha presenciado uno de esos grandes momentos de la historia. La aparición del Covid-19 ha marcado la historia de la humanidad para siempre. Ninguna plaga o pandemia que ha azotado al mundo a lo largo de su historia ha logrado cambiar para siempre el rostro de la humanidad.

Un virus hizo que la gente retornara a su hogar y desde allí formular su existencia. El internet pasó así ha convertirse en un bien esencial y la formación académica tomó una senda que ya se conocía, pero se afirmó. Somos la generación que pasó de lo presencial a lo virtual. Por eso esta generación ha pasado a la historia.

Estos cambios forman parte del poder inmenso de Dios para mover la historia del mundo hacía su consumación. Es el Señor dirigiendo a la humanidad con rumbo al final de sus planes. Algunos se dan cuenta de ello y otros lo ignoran, pero en cualquiera de los casos la verdad sigue siendo la que señaló Daniel: Él cambia los tiempos y las épocas.

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

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