La Biblia dice en Santiago 5:14-16

14 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. 15 Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. 16 Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.

Introducción

La Biblia es el único libro que une la vida física con la vida espiritual. La ciencia hace una tajante separación de ambos aspectos. El posmodernismo insiste en que el hombre es solo materia sin espíritu y por lo tanto solo deben atenderse los aspectos físicos del individuo sin reparar en su necesidad de Dios.

Santiago formula una verdad muy interesante para la medicina: las personas enferman a causa del pecado y por la falta de perdón. Sé que muchos pueden escandalizarse por esta afirmación, pero es necesario precisar que no es en todos los casos, pero sí una gran mayoría de las personas pierden la salud por el pecado.

El cuerpo es el templo del Espíritu Santo y uno debe cuidarlo. Esa es una verdad. El descuido con nuestro cuerpo es el origen de muchos males. Santiago no nos habla de que debemos cuidarnos, más bien nos habla de lo que debemos hacer cuando un creyente enferma dentro de la iglesia.

En estos días en que se habla de las formas de actuar ante una eventualidad y se utiliza el término protocolo. Podemos decir que Santiago nos dejó, además de un protocolo para saber qué hacer cuando un hijo de Dios cae enfermo, verdades sobre el origen de algunos males físicos entre los creyentes.

Una fe practica para una vida practica ora por los enfermos, pero reconoce que algunos males son el resultado de excesos con el cuerpo, descuidos con nuestro estilo de vida y en muchas ocasiones problemas de carácter espiritual como la desobediencia a Dios y la falta de perdón que siempre resulta en amargura y resentimiento.

Estas dos últimas pueden ser contra circunstancias que se han vivido, pero también contra ciertas personas a las que nos cuesta trabajo perdonar por el daño que nos hicieron en alguna etapa de la vida, principalmente cuando éramos niños.

Una fe práctica para una vida práctica

Nos hace pedir por los enfermos

A. Que padecen males físicos por pecados
B. Que padecen males físicos por falta de perdón

Cuando Cristo comenzó su ministerio el evangelio de Mateo dice lo siguiente:

Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó.

Los seres humanos podemos tener afectaciones físicas que se traducen en enfermedades y afectaciones espirituales que se traducen en tormentos y endemoniados. Cristo se ocupó de ambas clases de malestares. Hoy hablaremos solo de los primeros. Los hombres pueden enfermarse.

Santiago dice que si hay algún enfermo en la iglesia, lo que se debe hacer es llamar a los ancianos de la iglesia. Estos personajes en los tiempos de Santiago eran los responsables de conducir la iglesia. Aún no se había escrito Efesios que habla de los pastores y maestros, y a ellos se debía de llamar para que oraran por los enfermos.

Lo debían de hacer ungiéndolo con aceite, como un simbolismo del Espíritu Santo en la vida del creyente y no como una fórmula mágica ante una enfermedad o enfermedades de los cristianos.

La oración de fe dice, salvará al enfermo y será el Señor quien lo levantará. No el hombre, no el aceite, sino Dios mismo. Esto debe quedar muy claro porque hay mucha gente que le atribuye más poder al aceite que al Señor. Santiago es muy claro que es la oración y Dios obrando poderosamente.

En medio de estas verdades Santiago nos ofrece dos grandes verdades al acercarnos a la enfermedad.

A. Que padecen males físicos por pecados

Al respecto Pablo escribe lo siguiente sobre la relación enfermedad-pecado.

27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. 29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. 30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.

Santiago dice que “si hubiere cometido pecados, le serán perdonados”. Quiero aclarar antes de continuar que no estoy diciendo, ni diré nunca, que todas las enfermedades son resultado o consecuencia de un pecado. De ningún modo. Lo que estoy diciendo es que en algunos casos se trata de enfermedades como resultado de un pecado.

Al orar por una persona debemos estar muy conscientes que solo Dios y la persona saben la razón por la que están en esa condición. La persona que esta enferma debe hacer un análisis sincero y honesto de su situación y si ha cometido alguna iniquidad, entonces, debe arrepentirse y así seguramente sanará.

B. Que padecen males físicos por falta de perdón

El verso dieciséis de nuestro estudio dice lo siguiente:

Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.

Queda aquí de manifiesto que algunas enfermedades son originadas por la falta de perdón en la vida de las personas. El rencor y nel resentimiento que irremediablemente nos llevan a la amargura provoca serios daños en nuestro cuerpo y por ello en algunos casos bastará con perdonar a quienes nos han ofendido.

Una alma sana generalmente habita en un cuerpo sano, pero una alma enferma termina enfermando no solo el cuerpo que habita sino otros cuerpos. De allí la gran necesidad de perdonar y soltar todas las emociones negativas que hemos dejado entrar en nuestras vidas.

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

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