La Biblia dice en Santiago 1: 9-11
9 El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación; 10 pero el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba. 11 Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus empresas.
Introducción
El rico y el pobre o el pobre y el rico coincidieron en la fe cristiana. ¿Cómo ha de comportarse cada uno de ellos en la iglesia? ¿Cómo ha de conducirse con la fe que ha abrazado dentro de la comunidad cristiana? Es una realidad que el cuerpo de Cristo debe recibir a ambos y ambos deben asumir una actitud enteniendo sus grandes diferencias.
Santiago aborda un tema tan antiguo como el mundo: los pobres y los ricos. Y una fe práctica para una vida práctica ha de considerarlos para saber que hacer cuando se está en esas dos condiciones. La iglesia los recibe con los brazos abiertos, pero también les muestra lo que se espera de ellos también.
La epístola que estamos estudiando nos ofrece un ángulo muy interesante de este tema: la riqueza y la pobreza o quienes viven en ellas, los ricos o los pobres. De hecho esta carta aborda este tema en tres ocasiones. En esta que hoy estudiaremos, una segundo ocasión en el capítulo dos cuando habla de la discriminación a los pobre y una tercera cuando condena a los ricos que se enriquecen de manera ilícita.
En esta ocasión hablaremos del primer tema. La actitud con la que deben comportarse los pobres y los ricos que tienen fe. De entrada podemos ver que desde esos días había creyentes pobres y había creyentes ricos. Hoy en día es igual hay hermanos que son pobres y hermanos que son ricos.
Tanto unos como otros tienen la misma fe. Porque no hay diferentes clases de fe. Es una sola la que tenemos todos es aquella que nos salva y redime porque creemos que Cristo Jesús murió por nosotros. Es la fe salvífica la que hace de nosotros muertos al pecado, pero ahora vivos en Cristo Jesús como dice Efesios capítulo dos.
De esa es la que habla Santiago aquí. No de la que es don que utiliza Pablo en su primera carta a los Corintios. Esa que todos pueden tener pobres y ricos y que nos conduce a todos a la iglesia. De esa que nos hace entender y comprender que no debemos avergonzarnos si tenemos o no tenemos porque todos somos iguales ante nuestro Creador.
Por mucho tiempo se nos ha hecho creer que es incompatible ser pobre y tener fe y también ser rico y tener fe. En realidad la iglesia se ha movido desde hace mucho tiempo entre la teología de la pobreza donde el rico es condenado y la teología de la prosperidad donde el pobre no tiene cabida porque es miserable.
Ambas concepciones se derrumban ante lo que nos muestra Santiago. El pobre y el rico se encuentran, a ambos los hizo el Señor, dice Proverbios 22: 2, pero ambos deben asumir una actitud distinta porque distinta es su condición y ello nos debe servir para reflexionar profundamente sobre un asunto vital para el desarrollo de nuestra vida cristiana.
Una fe práctica para una vida práctica
Que nos ayuda a vivir en la pobreza o la riqueza
- Con dignidad en la pobreza
- Con humildad en la riqueza
Creer en Cristo y avergonzarnos por no tener lo que muchos sí tienen es contrario a nuestra fe, según dice Santiago. Pero tener mucho y pasar por situaciones adversas y apenarnos por ello también es una actitud equivocada. Ese es el planteamiento por el que Santiago nos llevará en estos versos.
- Con dignidad en la pobreza
El verso nueve de nuestro estudio dice de la siguiente manera: El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación.
La versión al lenguaje actual de la Biblia traduce este verso de la forma siguiente: “Si alguno de ustedes es pobre, debe sentirse orgulloso de lo mucho que vale ante Dios.” En tanto que la Nueva Traducción Viviente de la Biblia lo vierte así: “Los creyentes que son pobres pueden estar orgullosos, porque Dios los ha honrado.
De este verso descubrimos varias verdades. La primera es que los pobres tienen fe aún en la condición económica en la que se encuentran. Pensar que su pobreza significa falta de confianza en Dios es equivocado. Con eso no quiero decir que ese es el estado perfecto del ser humano. Sino que tener carencias no significa que Dios no esté con nosotros.
La segunda verdad es que quienes están en esa categoría social deben sentirse honrados porque para Dios tiene gran valía. Los pobres constituyen para Dios una gran importancia. De los pobres en espíritu es el reino de los cielos. Los pobres son ricos en fe y los pobres que confian en Dios alcanzarán la gloria.
- Con humildad en la riqueza
Los versos diez y once de nuestro texto en estudio dicen de la siguiente forma: ; 10 pero el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba. 11 Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus empresas.
El hermano rico debe sentir bendecido cuando es humillado. Uno debe tener cuidado con este texto porque no significa de ningún modo que la dignidad de los ricos debe ser humillada para entonces sentirse que Dios los ha aceptado. Entonces que quiere decir “el que es rico, en su humillación.
Es evidente que Santiago se está refiriendo a las personas con vastos recursos económicos que han llegado a la iglesia. Así como el pobre no debe sentirse menos por sus carencias del mismo modo el rico no debe sentirse más por sus riquezas porque ante Dios todos son iguales.
La riqueza tiene grandes riesgos según podemos apreciar por lo que dice la palabra del Señor. El primero de ellos es confiar demasiado en ellas. Pensar que tenemos asegurado el futuro por tener muchos bienes. Es una grave equivocación y por eso el autor de la carta que estudiamos dice claramente que él pasará como la flor de la hierba.
El rico que confia en sus posesiones tendrá como resultado el mismísimo proceso que la flor de la hierba frente al sol abrasador, se secará, luego se caerá y perderá su hermosa apariencia. Las riquezas son apariencias no son reales. Pueden acabarse en el momento que menos se espera.
La palabra “apariencia” que usa Santiago en el verso once procede de la raíz griega “prosópon” y a veces se traduce como faz, rostro o cara y comunica la idea de algo que está en la superficie o que es superficial. Es como el mar que cuando lo miramos desde la playa solo intuimos que está profundo, pero en realidad no sabemos con exactitud su profundidad.
Depositar nuestra confianza en ellas lo único que provocará es que en todas las empresas el rico se marchite, es decir no lleguen a concretarse y al contrario sufra graves perdidas que terminen dañandolo.
La palabra empresa que usa la versión Reina Valera 1960 procede de la raíz griega “poreia” y se traduce como viaje, trayecto o propósito, por eso esa versión la traduce como empresa porque se trata de un palabra que denota un trayecto o emprendimiento o incluso progreso.